lunes, 10 de enero de 2011

♫♫♫"María Elena... se marchó"♫♫♫

La poetisa, escritora y música, María Elena Walsh, que influyó a varias generaciones de chicos con sus mundos imaginarios, murió este lunes a los 80 años.
Una pérdida irreparable para la cultura argentina. Así calificarán muchos el deceso de Walsh, quien se destacó por sus canciones infantiles y su aporte al folckore argentino. Nacida el 1° de febrero de 1930, se nutrió mucho de la cultura británica por su padre el irlandés, Enrique Walsh, quien le cantaba canciones como Humpty Dumpty.
Niña prodigio, a los 15 años, publicó su primer poema en la revista El Hogar, titulado Elegía e ilustrado por su compañera de colegio Elba Fábregas. Ese mismo año escribió también en el diario La Nación.
En 1947, cuando contaba con 17 años, sufrió la muerte de su padre y publicó su primer libro, un poemario titulado Otoño imperdonable que recibió el segundo premio Municipal de Poesía, aunque el jurado se excusó diciéndole que no le habían otorgado el primero porque era demasiado joven.
Luego de finalizar sus estudios secundarios en 1948, recibiéndose como profesora de Dibujo y Pintura, aceptó la invitación de Juan Ramón Jiménez (autor de Platero y yo) para visitarlo en su casa de Maryland (Estados Unidos), donde permaneció seis meses en 1949. Fue una experiencia compleja, porque Jiménez la trató impiadosamente, sin ninguna consideración por sus necesidades e inclinaciones personales.
En 1951 publicó su segundo poemario, Baladas con Ángel. El libro fue editado en un mismo volumen con Argumento del enamorado, del igualmente joven escritor Ángel Bonomini, quien por entonces era novio de María Elena.
Para la misma época, comenzó su relación profesional y afectiva con Leda Vallares a quien fue a visitar a Costa Rica para luego dirigirse ambas a Europa. En 1952 se instalaron en París y comenzaron a cantar canciones folklóricas de tradición oral de la región andina de Argentina, consiguiendo un contrato en el famoso cabaret Crazy Horse. Sus primeros álbumes fueron Chants d'Argentine (1954) y Sous le ciel de l'Argentine (1955).
De regreso a la Argentina, en 1956, Leda y María realizaron una extensa gira por el noroeste argentino en donde reunieron varias canciones que grabarían luego en sus dos primeros álbumes realizados en el país -Entre valles y quebradas vol 1 y Entre valles y quebradas vol 2- ambos de 1957. Un año más tarde lanzaron su quinto trabajo, Canciones del tiempo de Maricastaña. Simultáneamente, María Elena publicó su tercer libro de poemas, Casi milagro.
En 1960, Leda y María mostraron un notable viraje en su estilo al grabar el EP Canciones de Tutú Marambá, en la que se destacan las letras infantiles que Walsh había escrito para guiones televisivos. En él se incluyeron las primeras cuatro canciones que harían famosa a María Elena Walsh entre los más pequeños: "La vaca estudiosa", "Canción del pescador", "El Reino del Revés" y "Canción de Titina".
De ese modo nació la idea de hacer un espectáculo musical-dramático para niños que se llamó Canciones para mirar, que el dúo puso en escena en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín, en 1962. La obra estaba compuesta por doce canciones de Walsh, que cantaban Leda y María vestidas como juglares.
La última presentación juntas fue Doña Disparate y Bambuco. En esta obra aparecieron el Mono Liso y, sobre todo, la tortuga Manuelita, el personaje más paradigmático y conocido del universo infantil creado por Walsh, quien luego publicó cinco libros para niños, El reino del revés (1964), Zoo loco (1964), Dailan Kifki (1966), Cuentopos de Gulubú (1966) y Aire libre (1967).
En 1965 salió a la luz Hecho a mano, su cuarto poemario. Tres años después estrenó su obra de canciones para adultos Juguemos en el mundo, que se constituyó en un acontecimiento cultural que influiría fuertemente en la nueva canción popular argentina, que venía conformándose desde diversos enfoques, como el Movimiento del Nuevo Cancionero.
El espectáculo fue acompañado por el lanzamiento de un álbum homónimo -hecho película por María Herminia Avellaneda-, que tuvo un extraordinario éxito y que fue seguido al año siguiente por Juguemos en el mundo II.
Asfixiada por la censura impuesta por la dictadura militar, en julio de 1978, en plena Copa Mundial de Fútbol, decidió "no seguir componiendo ni cantar más en público". En consonancia, el 16 de agosto de 1979, publicó en el suplemento cultural del diario Clarín un artículo titulado "Desventuras en el País Jardín-de-Infantes", en el criticaba el clima imperante.
En 1985 fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y en 1990, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba y Personalidad Ilustre de la Provincia de Buenos Aires.
María Elena Walsh fue, sin dudas, la artista que marcó la infancia de muchas generaciones. Sus maravillosas historias se fueron transmitiendo por años de padres a hijos y, como las grandes plumas, sus letras nunca dejaron de estar vigentes.
Sus canciones y poemas no sólo emocionaron, sino que le dieron a miles de argentinos la posibilidad de un desarrollo intelectual a través de sus palabras, algo que la hizo única, y que muy pocos artistas pudieron igualar.
Este lunes, su magia se apagó "luego de una prolongada internación en el Sanatorio de la Trinidad y como epílogo de padecimientos crónicos que la aquejaban". Sus restos serán velados desde las 17 en la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic).
Canciones de María Elena Walsh por María Elena Walsh
Gracias Ma. Elena por todo, pero todo lo que nos diste a lo lago de más de dos generaciones... Que descanses en Paz!
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