Una noche, mientras dormía, Mulla sintió frío y se despertó. Hacía un tiempo espantoso. Llovía, granizaba y, entre estallido y estallido de trueno, oyó el ruido de una discusión cerca de su casa.
Movido por la curiosidad, saltó de la cama, se cubrió con su manta de lana y salió para comprender la causa de aquel escándalo. Advirtió entonces que había una banda de ladrones que, tan pronto como lo vieron, se arrojaron sobre él, le arrebataron la manta y se pusieron pies en polvorosa.
Tiritando de frío y de temor, regresó a su casa, cerró la puerta y se reunió con su mujer en la cama.
-¿Qué era tanto jaleo?- le preguntó ella-. ¿Y cuál era la razón de esa disputa?
Nasrudín respondió con tono desenvuelto:
-Era una banda de gamberros que se peleaban por mi manta. Una vez que la obtuvieron, han hecho las paces y han proseguido tranquilamente su camino.
Alejandro Jodorowsky:
Es así como Nasrudín explica el robo. Es también así como se engaña a sí mismo. Cambia la realidad para justificarse. No quiere hacer frente a sus problemas. Se niega también a saber lo que su mujer conoce.
Cuando uno se niega a mostrarse como es, no vive jamás su verdad.
Una pareja que se ama se ve en toda su verdad. A veces, conozco parejas que viven en una mentira permanente, pues los dos representan un personaje. No muestran jamás tal y como son en realidad. Una relación amorosa verdadera implica la entrega de uno mismo.
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