Uno de mis consejos es cómo hacer fotos decentes con el flash. En la medida que tengamos un flash que nos lo permita, claro, el rebotar su luz para evitar la aparición de sombras duras sería lo ideal; una técnica que hace obligatorio el uso de un flash externo acoplado (o no) a la zapata de vuestra cámara réflex, pero que nos aporta una serie de ventajas nada despreciables:
- Cuando rebotamos el flash, la luz llega al sujeto que fotografiamos de forma difuminada, eliminando esas sombras tan duras situadas tras él y consiguiendo una iluminación mucho más natural.
- Eludimos el problema de los ojos rojos gracias a que la fuente de luz no se encuentra en el mismo eje que las pupilas.
- Además, las réflex digitales y los flashes modernos pueden calcular automáticamente la potencia necesaria para rebotar la luz.
Técnicas de rebote
- Rebote en techo: Apuntamos con la cabeza del flash al techo "blanco" con un ángulo de 45° aproximadamente. Recordando algo de óptica: "el ángulo de incidencia es igual al ángulo de reflexión de la luz", por ende la luz bajará a 45° pero mucho más suave. Importante: tratar de separar al sujeto de la pared que tenga detrás, así evitaremos que se produzcan sombras no deseadas. IDEAL: colocar otro flash detrás del sujeto y que pegue de abajo directo a la pared atrás de la persona y así eliminamos totalmente la sombra posible.
- Rebote en pared o lateral: Colocamos la cabeza del flash en un ángulo de 90° respecto del sujeto de forma que apunte a la pared más cercana. Conseguiremos una luz direccional que da profundidad a la imagen.
- Rebote en personas: ¿Estás en un exterior o no hay ninguna superficie cercana sobre la que rebotar el flash? No importa, coloca a ese amigo tuyo que siempre va en camiseta (blanca, el heavy de negro no sirve) y ya tenemos superficie de rebote. Eso sí, hay que tener en cuenta que la luz rebotada será escasa así que conviene que haya algo de luz ambiente.
Inconvenientes de rebotar el flash
- Pérdida de luz. Cuando rebotamos el flash, la potencia del destello se ve reducida aún teniendo la pared más blanca y grande del mundo cerca. Existen situaciones en los que el destello final que alcanza al sujeto no es suficiente y no queda otra que apuntarle directamente con el flash.
- No tenemos nada sobre lo que rebotarlo. Nos encontramos en un exterior o no tenemos ninguna pared blanca, techo o grupo de gente vestidos de claro cerca. Lástima.
- ¡Humo! El humo es el enemigo de los flashes. Si estamos en un ambiente cargado o bajo los designios de un DJ obsesionado con las máquinas de humo producirá una brillante cortina blanca ante nosotros, rebotemos o no el flash.