Alguna vez escuché por allí decir: "yo no miento, yo sólo omito información".
Sin embargo, he comprobado que, cuando a estas mismas personas les toca "beber de su propia medicina", se han sentido igualmente traicionadas, heridas, desilusionadas, estafadas. Me he dado cuenta que mentira y omisión son casi lo mismo: la omisión es una mentira camuflada. Me pregunto lo mismo y su gran similitud con la conveniencia. Somos complacientes con la mentira, la omisión a gusto y piacere con nuestra conveniencia? Por experiencia sé que una mentira nunca puede mantenerse eternamente, siempre se deja ver, se hace notar, además, existe la intuición que nos hace “oler” la mentira a kilómetros. Mi viejo decía: "la mentira tiene patitas cortas" y es verdad! ¿Por qué se insiste en mentir sabiendo el tremendo daño que ésta puede llegar a provocar? ¿es que a nadie más le importa qué le hacemos al otro?
Que lo sepan todos: prefiero una verdad que me duela, que deba digerir a palos para superarla, a una mentira que destruya mi confianza en esas personas por siempre. No me sirven ni la "mentira, ni la omisión... ni las personas que las ejercen". De la conveniencia ya aprendí que la ejercen “el niño de la calle”. Llamado así no por su condición sino por su proceder: vos tenés, me das!
Me lleva mucho tiempo, esfuerzo, trabajo, dinero tratar de ser mejor cada día, para mí fundamentalmente, pero también para que les "sirva" a todo el que me rodea y dañar lo menos posible al prójimo. Intento dar lo mejor de mí. Los demás tienen el mismo derecho y posibilidad, quizá que yo a elegir-me.
Me lleva mucho tiempo, esfuerzo, trabajo, dinero tratar de ser mejor cada día, para mí fundamentalmente, pero también para que les "sirva" a todo el que me rodea y dañar lo menos posible al prójimo. Intento dar lo mejor de mí. Los demás tienen el mismo derecho y posibilidad, quizá que yo a elegir-me.
MUY bueno me encanto ya que lo comparto y estoy de acuerdo con todo lo que expresastes.
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