Afrontó a una situación que le generaba miedo, aquello suponía hacer algo que no deseaba. Sin embargo dijo: “¡El deber es lo primero!”
Había leído que los problemas se “digieren” en el estómago… ¿Cómo evitar que el estómago se cerrara y que finalmente acabara vomitando lo que no podía asimilar? El lenguaje popular lo deja muy claro en expresiones como: “No digiero esta situación bien”, “tal persona me da nauseas”, “se me levanta el estómago cuando veo eso”…
Atendamos a sus sabias señales, es un aliado cuya inteligencia no funciona con la razón sino con la intuición. Nos ofrece pistas sobre todo aquello que debemos tragar, digerir y asimilar en la vida.
¿Por qué tragarnos aquello que sabemos que no vamos a poder asimilar?
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